lunes, 5 de junio de 2017

Conectar a las personas con la naturaleza

Resultado de imagen de día del medio ambiente 2017

 Hoy se ha celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente. Este año el tema que nos propone es "Conectar a las personas con la naturaleza".
¿Cómo es nuestra relación con la naturaleza? ¿Qué vínculo tienen nuestros hijos con ella? 
Posiblemente seamos privilegiados en este entorno en el que vivimos, con multitud de espacios en los que poder entrar en contacto con ella. No tienen la misma relación niños que viven en el centro de las ciudades y que han de buscarla  intencionalmente. 
 
Colaborando y compartiendo
Si observamos un poco a nuestros niños y a nosotros, nos damos cuenta de que en general hay alguna diferencia en la forma de estar en la naturaleza. Para nosotros suele ser un paisaje, un fondo visual, un lugar de ocio y escape, que en el mejor de los casos cuidamos y conservamos, y en el peor de los casos perturbamos, causamos un impacto. Los niños tienen una forma más directa de formar parte de ella, establecen instintivamente un vínculo con el mundo natural. Para ellos supone una fuente de estímulos y aprendizaje. Especialmente cuando no son apenas guiados, investigan, buscan bichos, escalan rocas, construyen cabañas con palos, se alejan, exploran, descubren territorios, crean espacios propios. En el cole, cuando bajan al huerto o al jardín y pueden estar un buen rato, se muestran curiosos, se concentran plenamente en la tarea que realizan. Se muestran autónomos, autodirigidos y llenos de ideas. Tocan la tierra y las plantas, huelen, escuchan, se les pasan los ratos sin darse cuenta, lo viven. Y esas imágenes permanecen con ellos y tienen un impacto emocional, como vemos plasmado en las composiciones artísticas que realizan después y en la especie de tranquilidad con la que vuelven al aula a desarrollarlas. 


¡Concentración!
El contacto con la naturaleza está demostrado que produce bienestar psiquíco, tiene efectos beneficiosos en el cerebro y hasta protege de algunas enfermedades como las cardiovasculares. Desde luego todos estos beneficios no se producen con el esceso de estimulación que reciben de los aparatos tecnológicos, que también pueden tener un lugar, pero no son sustituto del contacto con la vida natural. Cuando a veces escuchamos hablar sobre el aumento de problemas de comportamiento en los niños, estrés, depresión, problemas de atención, tal vez tengan déficit de bosque, de monte, de actividades compartidas y respetuosas con la naturaleza y sus reglas, y los seres que la habitan, incluidos sus compañeros. Hay miles de aprendizajes que nos ofrece el entorno. Nuestro huerto y nuestro jardín, las rocas y árboles del patio son ese modesto, pero importante espacio, capaz de permitir que surja la vivencia y el afecto. El roce hace el cariño, dicen. Y no será por pantalones que rozan en estos espacios. Pero ¡cómo se divierten!. Promovamos ese roce, conectemos a las personas con la naturaleza. Ese es el objetivo de la Ecoescuela.
La emoción y el vínculo afectivo que desarrollen hacia el medio ambiente desde la infancia es el sustento, la tierra fértil, para el conocimiento intelectual, según se desarrollan sus capacidades cognitivas, y para el compromiso futuro con la conservación y la búsqueda de estrategias futuras para la sostenibilidad, tan necesarias, pues de ellas dependemos.